jueves, 6 de octubre de 2011

Julio Cortázar



Estoy leyendo Rayuela de Julio Cortázar en los "tiempos libres" que me da el trabajo (sí como no), aquí dejo algunas frases del autor:

*Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino.

*En realidad las cosas verdaderamente difíciles son todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento.

*Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba."
*En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.

Y de Rayuela en específico:

"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos."

"No renuncio a nada, simplemente hago lo que puedo para que las cosas me renuncien a mi."

"A cada sucesiva derrota hay un acercamiento a la mutación final, y que el hombre no es sino que busca ser, proyecta ser, manoteando entre palabras y conducta y alegría salpicada de sangre y otras retóricas como esta."

"Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo."

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio."

"Y así es como los que nos iluminan son los ciegos. Así es como alguien, sin saberlo, llega a mostrarte irrefutablemente un camino que por su parte sería incapaz de seguir."

"Sólo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos."

"...a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí,porque fuiste siempre un espejo terrible,una espantosa máquina de repeticiones,y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos,con una flor amarilla en la mano,y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas..."

"Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos."

No hay comentarios:

Publicar un comentario