A pesar de las críticas que han
llovido a lo largo del tiempo sobre esta obra, a mí me parece sumamente
divertida y profunda, por lo me alegra
haber podido analizarla en clase.
El tema de la muerte siempre es
fascinante, por una parte quizás porque es tabú (dada su condición mística y
trágica) y por otra porque es tan cotidiana que nos acostumbramos a no
acostumbrarnos a ella; entonces sólo la vemos de reojo cuando asistimos a un
funeral, cuando pasamos cerca del puesto de periódicos y vemos el encabezado
con la foto del descuartizado del Alarma, o cuando es día de muertos o
halloween; pero la verdad es que como tópico literario cuenta con un
infinito potencial y pienso que Fray Joaquín Bolaños tuvo esta visión y supo
trasladarla con humor y con una buena dosis de crítica social en donde no deja
títere sin cabeza. Sobre si desarrolla o no lo suficiente a la muerte como un
personaje, es algo que no encontré relevante o urgente, porque creo que lo
importante en su discurso fue dejar claro que ahí está la muerte y ahí
estará... así de básico y simple (pero sobre todo honesto)... por más que la
odies o la ames, por más nombres que le pongas, por más que hagas o deshagas,
por más títulos o riquezas que tengas, siempre estará ahí para recordarte que
tan sólo estás de paso. Y aunque es innegable que la obra tiene una carga
religiosa, moral y adoctrinadora, al final creo que te deja más con ésta idea
de finitud y de instante, de presente, que con la idea de ir al cielo o al
infierno; o por lo menos así sucedió con mi lectura e interpretación.
Por esta razón quise hacer un poema
a manera de crítica social (siguiendo un poco la historia de Bolaños) en donde
la muerte ha cambiado por la llegada del nuevo siglo; por lo que hice este
proceso de preguntarme que hubiera escrito Bolaños si hoy estuviera vivo,
viendo lo que nos acontece, viendo como vivimos a no vivir la muerte. Y aunque
él lo hubiera hecho mejor, creo que hubiera seguido un poco la línea que
intenté llevar, si bien él ya hablaba de una sociedad materialista y
destructiva, en realidad lo único que hoy cambia es la forma, como casi siempre
ocurre.
Mi poema no tiene un lenguaje
antiguo ni recargado porque quise hacerlo de la forma más actual posible, y
tiene verso libre aunque si lleva una rima vulgar, quizás porque lo pensé un
poco a manera de narcocorrido de canción pop.
La glamurosa vida de la muerte
Siglo XXI
La muerte viste Channel y
maneja un Mercedes
ya
dejó de dar lecciones, tan sólo se divierte...
La muerte ahora desfila por las
alfombras rojas
siempre es VIP y usa abrigos
con pieles de zorra.
La
muerte se ha olvidado de su abuela Concupiscencia
¿quién era esa vieja?
no más tiene tiempo pa´ la party,
la moda y las pasarlas
del pecado original ya ni habla...
aunque bien que presume su Iphone,
de esos que traen la manzana.
La muerte ya ni recuerda a sus
padres...
Na más te habla de narcos y
magnates.
La muerte ya no es amiga de médicos
ni sepultureros...
tan sólo se codea de diseñadores y
modelos.
La
muerte tuvo una hija llamada Violencia
ella también bebe champagne y se la
pasa de fiesta en fiesta
fue a la escuela con los hijos de
políticos y empresarios
con ellos apuesta y se mete coca en
los baños
le gusta el Men´s Club y paga
en dólares
su madre la consiente y la peina en
las noches
nadie sabe quien fue el padre
pero con tanta orgía ni quien le
reclame...
Madre e hija son inseparables
siempre cantan juntas con alaridos
demenciales.
La muerte ya perdonó a Aristóteles
Ahora lee narconovelas y ve Harry
Potter
pero la muerte no es tonta ni
ignorante...
tan sólo comprendió que el ser
humano es insignificante, presumido y aberrante
por eso le sigue el juego...
pa quitarle el boleto al cielo.
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