lunes, 11 de mayo de 2015

¿Quién teme a Virginia Woolf? (Reseña crítica y comparativa de la obra de teatro y de la película)

La obra de teatro Quién teme a Virginia Woolf, fue escrita por Edward Albee en los años 60´s y su trama se desarrolla en un algún pueblo de Nueva Inglaterra, en Estados Unidos, en donde encontramos a dos parejas de generaciones distintas: Martha y George que tienen más de 40 años de edad, y Honey y Nick que están en sus veintitantos.
Poco a poco esta historia irá develando lo más íntimo de estos cuatro personajes, que en apariencia podrían ser muy distintos, pero que sin embargo viven en una profunda crisis interna, que al exteriorizarla irremediablemente dañará al otro; por lo que la violencia verbal, el cinismo, la crítica destructiva, la burla y las faltas de respeto estarán a la orden del día, ya que estos personajes se relacionan mediante juegos de poder, juegos que acabaran jugando entre los cuatro.
Respecto a la forma, es notable el lenguaje directo y ameno, así como también las descripciones sutiles en donde la acción dramática recae en la psicología, en cómo se desarrolla el tren de pensamiento de los personajes y en la forma en que los diálogos repercuten en el otro, ya que en todo momento hay una réplica, por lo que es una obra que se lee rápidamente y que atrapa de inmediato la atención. Otro aspecto destacable es el espacio, toda la obra se desarrolla en el mismo lugar (en la estancia de una casa cercana al campus de una pequeña universidad de Nueva Inglaterra) por lo que no es necesario ninguna transición espacial; sin embargo la obra si marca una transición psicológica en los personajes y en los rasgos de carácter que el autor señala mediante los títulos de los tres actos: “Juegos y diversión”, “La noche de Walpurgis” y “Exorcismo”, en donde la máscara social de las personajes se irá derrumbando conforme amanece, por lo que llegarán literalmente al exorcismo como se titula el tercer acto.
Otro aspecto destacable es la vigencia temática de la obra y la identificación que se crea el lector con los personajes. La atemporalidad de la obra muy posiblemente se deba a la complejidad imperante en las relaciones humanas, concretamente en lo que respecta al tema de las relaciones destructivas, al matrimonio y a las aspiraciones sociales, tópicos que el autor sabe manejar con un excelente humor negro.
 Indiscutiblemente Quién teme a Virginia Woolf  es una obra que ha logrado sobrevivir a los años, ha sido traducida en distintos idiomas y sigue representándose alrededor de mundo, por lo que incluso surgió una versión fílmica en 1967 con el mismo nombre y dirigida por Mike Nichols. Esta película que cuenta con excelentes actuaciones, muestra ligeros cambios a la versión original que a continuación serán analizados.
En primera instancia la película comienza mostrándonos un espacio exterior, un jardín que recorren los personajes principales para llegar a su casa, hecho que no sucede en la obra, por lo que hay una sensación de amplitud desde el principio de la película y también conforme sucede la historia, ya que a la mitad del segundo acto veremos a los personajes abordar un auto y dirigirse a un bar, para después finalizar la historia al interior de la casa, pero no sin antes mostrar varias tomas del jardín y de la entrada de la casa. Considero que el hecho de mostrar ciertos espacios exteriores benefició a la película, ya que debido a la intensidad de los diálogos, en cuanto pasa el tiempo el espacio de la casa va tornándose pesado y asfixiante, cosa que no sucede cuando se lee la obra, pero en la versión fílmica es comprensible debido a la carga visual.
En cuanto a los personajes, considero que los rasgos de carácter son exacerbados, por ejemplo Jorge tiene una especie de risa nerviosa que incluso lo conduce al llanto, a Martha le falta poco para mostrarse totalmente psicótica, sobre todo al final de la película y aunque no llegan a la caricaturización, hay momentos de gritos y de risas que me resultan excesivos, sobreactuados, e incluso hay momentos de violencia física que no se encuentra en la obra de Albee y que quizás resulten innecesarios.
Por otro lado hay momentos inesperados que se agradecen y que posiblemente no se tienen tan claros o presentes cuando se lee la obra, un ejemplo es cuando Jorge saca la escopeta del armario y le apunta a Martha sacando una sombrilla y dejando sorprendidos a todos, incluso al mismo espectador.
Respecto a las características físicas, creo que todos los personajes encajan bien en cuanto al imaginario del lector; sin embargo y de forma personal, me hubiera gustado ver a un Nick más joven y a una Martha con más edad y más curvas, las arrugas en la caracterización física de Elizabeth Taylor me parecieron falsas y la encontré muy delgada y no tan curvilínea.

Finalmente, a pesar de ser una gran película, considero que la obra original es mucho mejor, ya que su fuerza y mérito principal, radicará siempre en la palabra y no en la imagen, que muchas veces puede estorbar, sobre todo en los momentos álgidos e íntimos que se disfrutan más en la complicidad de la lectura, ya que el poder creador que otorga la imaginación es la mayor virtud que puede otorgar un autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario